El Ocaso del Imperio Otomano

 


Mehmed II Sultán del Imperio Otomano entrando en Constantinopla

El Imperio Otomano fue un estado que existió desde 1299 hasta 1922 como consecuencia de la derrota de la Primera Guerra Mundial durante los siglos S.XVI y S.XVII donde controlaba territorios en Europa como Grecia, Bulgaria, Rumanía, Hungría y antiguos territorios de Yugoslavia, territorios en África desde Egipto hasta Argelia y en Asia desde Iraq hasta Hijaz. Aunque era uno de los países más temidos por su superioridad tecnológica y militar, posteriormente sufrió un periodo de estancamiento y finalmente fue disuelto.

Su primer líder, Osman I, fue el que creó el imperio y sus sucesores tomaron posesiones en la actual Turquía y en los balcanes como Bulgaria y Serbia. Tras un periodo de guerra civil interna, los otomanos retomaron su poder en los territorios que habían conquistado y en 1453 tomaron Constantinopla ante los Bizantinos bajo el liderazgo del Sultán Mehmed II y se convirtió en su nueva capital. 

De esta forma el imperio fue el principal proveedor de Occidente de productos y materias primas, como maderas, especias, frutas, seda, alfombras, algodón. Junto con el comercio, la agricultura, la ganadería y la pesca fueron muy importantes.


Sultán Mehmed II (1430-1481)


En este momento se viviría una gran expansión donde conquistarían gran parte de Europa del Sureste y el resto de Anatolia. Además se aliaron con los tártaros de Crimea y mantuvo una hegemonía en el Mar Negro. Bajo el reinado a principios del Siglo XVI de Selim I, derrotó a los Safávidas y se anexionó a los mamelucos en Egipto, con la derrota de estos últimos obtuvieron las ciudades de Medina, Jerusalén y Meca y se proclamaron califas del islam.

Con Solimán el Magnífico durante la primera mitad del Siglo XVI, el imperio conquistar Hungría y comenzaron las disputas con su gran rival el Imperio Austriaco y en África anexionaron Argelia. Sin embargo lograron conquistar Viena y tras muerte en 1566, comenzó el declive del Imperio. 

Las razones son que no estaban al mismo nivel tecnológico que Europa Occidental, además que el ámbito militar estaba regazado porque estos combatían con enemigos cuyo nivel militar era muy inferior y no innovaron militarmente. Por ello mientras que los otomanos seguían combatiendo con una gran caballería y con arcos, los europeos se centraron en innovar en la pólvora para la infantería.



La máxima expansión del Imperio Otomano durante el Siglo XVII











Aun así el Imperio continuó expandiéndose sobre los tres continentes desde Chipre, Túnez y Yemen en el Siglo XVII, sin embargo en la Segunda Batalla de Kahlenberg de 1683, sufrieron una gran derrota y en 1699 con la firma del tratado de Karlowitz que cedió territorios en Europa.

A partir de este el Imperio Otomano comenzaría a perder territorios de forma progresiva, sobre todo en la península de Crimea donde sería anexionado por el Imperio Ruso y con el intento de conquistar Egipto por parte de Napoleón donde se comprobó la decadencia que sufrieron. 




Desmembramiento del Imperio a lo largo de los siglos














Ya en el siglo S.XIX los otomanos sufrieron los efectos del nacionalismo apoyado por las potencias europeas y antes de la Primera Guerra Mundial solo poseían territorios en la Península Arábiga. En 1878 el Sultán Abdulhamid II transformo el país en una monarquía constitucional pero dos años después llegó el absolutismo, en 1909 los "Jóvenes Turcos" restauraron la constitucionalidad pero ya era demasiado tarde. 

Con el fin de la guerra en 1918, los otomanos fueron colonizados por los europeos hasta su posterior guerra de independencia con la república y la monarquía exiliada.






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